Prof. DELIO ISIDRO TOLABA RIVERA… PASOS SENCILLOS, HUELLAS ETERNAS
Hay vidas que iluminan sin buscarlo, que dejan huellas profundas con la
sencillez de sus pasos y la nobleza de su corazón. Una de esas vidas fue
la del profesor Delio Tolaba Rivera, un hombre bueno, un hijo de la tierra
que jamás olvidó sus raíces.
Delio nació en Canasmoro, el 15 de mayo de 1954, bajo la fertilidad de sus
campos y el esfuerzo silencioso de sus padres, Maximiliano Tolaba Méndez y
Engracia Rivera Guerrero.
Entre surcos y cantos de viento creció su niñez.
Sus primeros estudios los cursó en la escuelita de su comunidad, algunos
años continuó sus estudios en el Colegio Nacional “San Luis”, pero
luego regresó a Canasmoro donde salió bachiller en el colegio de su
localidad. Más adelante, ingresó a la Normal de Maestros de Canasmoro,
orgullo y anhelo de muchos jóvenes de la región, siguiendo el ejemplo de
sus tíos y hermanos, eligió el camino de la docencia, en 1976 obtuvo su
título de Profesor de Educación Primaria.
Sus primeras aulas fueron pequeñas escuelitas rurales, espacios humildes donde
compartía no solo conocimientos, sino también ternura y esperanza.
Pero Delio no fue solo maestro, fue un futbolista apasionado; cantor y coplero
que llevaba en su voz la alegría del valle y la nostalgia de su gente. Fue
uno de los fundadores de “La Casa de La Copla”, un lugar dedicado a celebrar y
preservar la rica tradición musical chapaca.
De espíritu incansable, nunca dejó de aprender. Alcanzó Licenciaturas,
Diplomados y una Maestría, creía que un auténtico maestro nunca deja de formarse.
Compartió su vida con Blanca Dolly Nina Aldana, también maestra y compañera
de destino. De esa unión nacieron sus hijos, Daniel Alberto y Eduardo Luis.
Su trayectoria profesional fue fecunda y diversa: Docente, Coordinador, Director
Académico, Facilitador de Programas de Formación. Participó en Congresos,
escribió Ensayos y Módulos de Estudio.
Pero la vida, que tantas satisfacciones le concedió, también fue cruel. En 2021
perdió a sus padres y a sus hermanos Teddy y Humberto. Aquel golpe lo quebró en
lo más profundo de su ser. Desde entonces, su tristeza fue callada y
persistente, una herida abierta que nunca cerró del todo.
El 1 de octubre de 2024, la voz de Delio se apagó. Su partida dejó un vacío
inmenso en la educación tarijeña, en su familia y en todos aquellos que
lo conocieron. Hoy sus restos reposan en el cementerio de San
Lorenzo, arropados por la música suave del viento…
Tomado de la Publicación Lasraicesdelonuestro Tarija
Nuestro homenaje sincero a un hombre inolvidable.
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